lunes, 29 de diciembre de 2008

Indulto


La nefasta década del `90 comenzó con uno de los peores hechos a nivel judicial y social para nuestro país

Un 28 de diciembre y contradiciendo a acuerdos internacionales, el ex presidente que nos gobernó durante la segunda década infame “indultó” a las cúpulas militares que mantuvieron el poder durante la última dictadura. Por suerte el año pasado la Corte Suprema falló en contra de estos indultos y puso fin a una injusticia que duró casi 20 años

¿Se puede perdonar a quién no se arrepiente de lo que hizo? ¿Se puede indultar a quien no quiere ser indultado?

A partir de esta medida tan impopular la palabra indulto quedó asociada a la vergüenza, al oprobio, a la sinrazón. A partir de este hecho indultar a alguien se asemeja a un signo de debilidad, de sometimiento, de inmoralidad.

¿Quiénes son los que se merecen nuestro indulto?
Seguramente si un desconocido actúa contra nosotros nos defenderemos al instante. Si el acto es mayúsculo buscaremos revancha o venganza. Pero si el que nos hace un daño es un pariente o un amigo ¿buscaremos venganza? ¿Nos olvidaremos de él para siempre? ¿Seremos indiferentes a su vida?

Creo que la historia compartida, la vida vivida en conjunto, las alegrías y tristezas acompañadas por estas personas que por alguna razón ahora nos hacen daño son un justificativo valedero que respaldan un indulto de nuestra parte. Repito, sólo los amigos y los parientes son pasibles de nuestro perdón

Pero cuidado, que indulto significa perdonar la pena y no el hecho producido. Se diferencia de la amnistía porque ésta perdona el hecho. En el indulto la persona sigue siendo culpable pero sin pena que cumplir porque ésta fue dispensada.

¿Hemos indultado a alguien alguna vez? ¿Somos capaces de perdonar? Cuándo nos “enfriamos” y miramos a nuestro alrededor ¿Estamos capacitados de ver a nuestro amigo detrás del daño que éste nos produjo?

lunes, 22 de diciembre de 2008

Nochebuena

Desde siempre se toma a la navidad como el momento de los saludos, de la reunión familiar, de la expectativa de los regalos, de la esperanza.

Para un saludo que se pretende importante decidí recurrir a un autor verdaderamente importante.

Para un blog que se titula “La Argentina que respiro” supongo que el autor debió ser un compatriota. Pero para este saludo resolví inclinarme por este uruguayo prodigioso, porque al relato lo conozco desde hace unos cuantos años y no deja de conmoverme cada vez que lo leo:

Nochebuena
Eduardo Galeano

Fernando Silva dirige el hospital de niños en Managua.
En vísperas de Navidad, se quedó trabajando hasta muy tarde. Ya estaban sonando los cohetes, y empezaban los fuegos artificiales a iluminar el cielo, cuando Fernando decidió marcharse. En su casa lo esperaban para festejar.
Hizo una última recorrida por las salas, viendo si todo queda en orden, y en eso estaba cuando sintió que unos pasos lo seguían. Unos pasos de algodón; se volvió y descubrió que uno de los enfermitos le andaba atrás. En la penumbra lo reconoció. Era un niño que estaba solo. Fernando reconoció su cara ya marcada por la muerte y esos ojos que pedían disculpas o quizá pedían permiso.
Fernando se acercó y el niño lo rozó con la mano:
-Decile a... -susurró el niño-
Decile a alguien, que yo estoy aquí.

¿Recuerdan a alguna navidad en especial? ¿Tienen alguna anécdota? ¿Qué esperan de esta navidad?

lunes, 15 de diciembre de 2008

Oportunidades desiguales


El colegio al que llamaré A está situado en la Capital Federal y pertenece a la Universidad de Buenos Aires. El que llamaré B está emplazado en Burzaco al sur del Gran Buenos Aires.


A los chicos que asisten al colegio A les costó mucho entrar en él porque otros cientos querían hacer lo mismo, pero sólo unos pocos privilegiados pudieron lograrlo. Los directivos y docentes del colegio B, antes de cada fin de año, recorren diversas escuelas repartiendo volantes de propaganda en los últimos años de la primaria para poder tener trabajo el año entrante.


Los padres del colegio A son profesionales, de muy buen nivel económico y educativo. Ninguno de los padres del colegio B terminó la primaria y un 88% se encuentra desempleado. Los chicos del colegio A saben que si terminan en el cuadro de honor podrán acceder a varias empresas para trabajar. Al que termine primero las empresas se lo disputarán. Los chicos del colegio B realizan "changas" desde antes de cumplir diez años y saben que aunque imploren les va a costar mucho conseguir un empleo digno.


El colegio A tiene una cooperadora fuerte, ex alumnos que siguen aportando a la misma y, sobre todo, muchos empresarios que hacen posibles que a sus alumnos no les falte nada. La mayoría de los chicos del colegio B no pagan la cooperadora, las aulas son muy frías y sobran las goteras, las calles que rodean al colegio son de tierra y se inundan cuando llueven. Se hace imposible reparar las cosas que se ensucian o se rompen, y para ir al baño de varones hay que atravesar todo el patio con lluvia, frío, sol o lo que la suerte depare.


Los padres de los chicos del colegio A los prepararon toda la vida para entrar en él. Los padres de los chicos del colegio B mandan a sus hijos allí para que puedan comer. Los chicos del colegio A utilizan como libro de clases a los mismos del CBC universitario. Los del colegio B no utilizan ningún libro porque no pueden comprarlos, ni sacar fotocopias y tienen una biblioteca pobre que aumenta con los libros que otros desechan.


Los chicos del colegio A tienen la vida por delante, saben que el 85% terminará en término la Universidad, saben que serán ministros, periodistas, jueces, saben que accederán a doctorados en universidades extranjeras, saben que se codean con la buena estrella. Los chicos del colegio B no tienen ni la vida ni nada por delante, muy pocos confían en terminar el polimodal. Ante preguntas de los profesores ninguno contesta que tiene pensado seguir estudiando, muchos terminarán el colegio siendo madres o padres desocupados, changuearán, trabajarán por horas, pero ninguno piensa mucho en el futuro porque no saben ni siquiera si existe.


Ambos colegios tienen dos situaciones económicas, dos realidades sociales, dos tipos de familias, dos pasados, dos expectativas totalmente enfrentadas, pero tienen un mismo profesor y, lo que es peor, los dos colegios están en un mismo país.

martes, 9 de diciembre de 2008

Camino Negro


Gracias a Gonzalo, por la idea y por su amistad

Cuando uno viaja por la avenida General Paz hacia el Riachuelo se encuentra con el Puente La Noria que marca el fin de la misma. También señala que a ambos lados comienza la provincia de Bs. As en una zona llamada conurbano bonaerense. La Gral. Paz se transforma en una nueva autopista conocida por todos como Camino Negro. A pocos metros del puente y sobre mano derecha puede verse un nuevo asentamiento de dimensiones descomunales, muchas casillas muy pequeñas, carpas de camping, cartones, etc. Unas tres mil familias (más de diez mil personas) forman esta nueva instalación que se estableció en un lugar bajo, descampado y mugriento.
Cuando la autopista sube uno ve carpas hasta el horizonte y no puede entender cómo las familias se establecen en este lugar donde el agua hasta los tobillos es permanente.
En un determinado momento puede verse a un hombre conectando la luz directo de un transformador de Edesur. Si nos invade el pensamiento reinante uno cavila y se dice para sí "una nueva villa que nos traerá más inseguridad. Que se electrocute este que afana luz, alguien tendría que hacer algo".
Pero uno es más que el pensamiento dominante y unos metros mas adelante usa la materia gris y piensa: Esto lo digo yo que vengo con mi AUTO, que llego a MI CASA y abro mi HELADERA y me tomo ALGO FRÏO, que CENO con VENTILADOR, que me pongo a matar el tiempo con mi COMPUTADORA y me voy a dormir con exactos 22ºC que me provee mi ACONDICIONADOR. Y en ese momento uno se siente un mal nacido. La electricidad es poco menos que indispensable ¿cómo se vive sin luz? ¿Qué se come? ¿Cómo se duerme? Para cualquier trabajo se necesita un teléfono, o un email, o una dirección física. Esta gente no tiene nada de eso. Y si lo tuvieran y llegara a llover ¿cómo se llega a una entrevista de trabajo sin barro en la ropa? Ni hablemos si se inunda, no creo que haya muchos con $100 para gastar en un disyuntor para no morirse.
Escuché que el dueño de esos terrenos los REGALABA si no hacían una villa, ¿no se puede organizar de manera que se hagan calles y se le asigne un terreno por familia? Se ven casillas y carpas en la cima de las lomadas de basura ¿cómo se puede dormir así? No hay manera de que no te despiertes con bronca y resentido.
La gente quiere estar mejor, si alguien los organiza (el gobierno nacional, el provincial o el municipal) y les demuestra que se puede estar mejor, la respuesta va a ser positiva. Pero alguien que no esté en el medio de esta desgracia tiene que pensar. Alguien tiene que organizar. La falta de viviendas es un drama nacional y nadie parece estar dispuesto a solucionarlo. Además crecer en una vivienda digna y habitable reduciría el resentimiento de generaciones futuras. La mayoría de los que vemos en los asentamientos de ahora nunca vieron a sus padres trabajar. Los niños y los jóvenes crecen en familias dónde se perdió la cultura del trabajo y del sacrificio.
Cuando la vida de cada uno comience a valer la pena. La vida de todos tendrá sentido

lunes, 1 de diciembre de 2008

Papá


Realmente no creo en el cielo. Supongo que es un concepto en el que creen las personas que gozan de una espiritualidad y una fe que me exceden. Menos creo que el sufrimiento y la angustia de esta vida nos facilitarán una eternidad superlativa.

Tampoco creo en la reencarnación. Mis entendederas deben ser muy limitadas y no logro comprender como ayer pude haber sido un potus y mañana seré una mejor persona.

En lo que sí creo es en que la muerte es el fin de esta vida que nos tocó transitar y que su finitud hace que la vivamos intensamente. Todo lo que aquí no hagamos, no digamos, no lo haremos más. Si la vida es una y es corta no podemos darnos el lujo de desperdiciarla, de ser intrascendentes ante ella.

Pero el problema que nos ocasiona la muerte no es solamente que nos limite nuestra vida. Es también una dificultad que debemos asumir los que nos quedamos cuando a un ser querido le llegó la hora. ¿Cómo seguimos sin esa persona si siempre estuvimos con ella? ¿Cómo nos rearmamos y continuamos?

Si creo que ellos habitan en nuestros pensamientos y nuestros sueños y es allí donde recurrimos para que su ausencia no sea tan dura, tan ardua, tan inentendible.

Hoy mis sueños y mis pensamientos están de fiesta. Hoy allí hay fiesta de cumpleaños.