lunes, 29 de octubre de 2012

Lluvia constante


Lluvia constante es una obra de teatro en donde se lucen Rodrigo de la Serna y Joaquín Furriel

Lluvia constante es lo que estamos padeciendo desde hace muchas horas, demasiadas horas

La lluvia, como otras inclemencias climáticas, nos reflejan tal cual somos, nos muestran en qué lugar de la sociedad estamos parados: No es lo mismo estar contemplando la lluvia desde un acogedor departamento, en lo alto de una torre del porteño barrio de Belgrano, con una inmejorable vista a las barrancas, que tener un negocio en el mismo barrio y tener que vender las mercaderías a precio de costo porque el agua arrasó con ellas. No es lo mismo apurar un malbec mientras observamos como llueve sobre un  viñedo mendocino que estar empujando un destartalado auto, que hace las veces de remís, en las inundadas calles de los confines del Gran Rosario.

Pero muchas veces la lluvia también nos empareja, nos deja sin luz a todos por igual, nos inunda, nos embronca al sabernos tan indefensos. No importa en qué lado de la vida o de la vereda estemos parados, la lluvia nos moja por igual

Encima la lluvia, como en la obra de teatro, envuelve todo de tristeza, la lluvia provoca melancolía, la lluvia precipita el ánimo, decanta las broncas, saca a relucir mucho de lo que queremos esconder. Nos hace descubrir lo desamparados que estamos. Nos manifiesta que podemos morir o perder todo a causa de ella.
Pero la lluvia también permite reflejarnos y descubrir quiénes somos realmente