lunes, 23 de febrero de 2009

Viveza criolla

El siguiente diálogo, mantenido por dos jóvenes de unos quince años, lo escuché mientras viajaba junto a ellos en un tren.


“Mi tío es un genio” afirmó vehementemente uno de ellos mientras el otro escuchaba con ganas de que la explicación continuara.


“¿Te acordás que te conté que mi tío es chofer en una empresa? Bueno, ahora maneja un auto nuevo porque renovaron todos los vehículos. Como hace mucho que trabaja allí se lo dejan llevar los fines de semana a su casa y siempre lo usa para salir con la familia” Hizo una pausa para que la expectativa sea mayor, pero como el otro no entendió, le preguntó “¿y por eso es un genio? ¿Por llevarse el vehículo a la casa?” “No, claro que no. Cuando le dieron el coche nuevo, y como sabía que le tenían confianza como para llevárselo, él se compró uno igual, pero destruido, con el motor roto, ¿entendés?”


A esa altura el relato parecía no tener sentido.


“Él se compró uno que, por su estado lamentable, le costó muy pocos pesos. Los fines de semana se lleva a su casa el de la empresa, y allí le hace “trabajitos” de mecánica, y yo lo ayudo” Su amigo escuchaba pero seguía sin entender y le pidió claridad en el relato. “El sábado le sacamos la caja de velocidades al auto viejo porque casi no funcionaba. Luego se la sacamos al auto del trabajo e hicimos el cambio. Al de él le pusimos la caja nueva y al del trabajo, la vieja” volvió la pausa pero arremetió “¿No es un genio?”


Lo terrible de la “viveza criolla”, esa característica que nos distingue en el interior de nuestro país, pero sobre todo en el exterior, no es esas ganas de conseguir algo cueste lo que cueste, esa soberbia de pretendernos más “vivos” que los demás, esa arrogancia de creer que las leyes están para violentarlas; lo trágico es la forma en la que se la trasmitimos a los más pequeños, la manera en la que ellos la hacen propia

viernes, 13 de febrero de 2009

Embarazo adolescente

El Reino Unido está conmocionado por la noticia de que una pareja de pre-adolescentes acaban de ser padres. La madre se llama Chatelle y tiene 15 años pero el padre, Alfie, tiene 13 y una apariencia mucho menor. Esta intranquilidad se manifiesta en discusiones sobre el comportamiento de estos jóvenes, la aparente falta de compromiso, en su función, de sus respectivos padres y en la casi nula educación sexual que se imparte en las escuelas inglesas.


Pero nuestro país no se mantiene alejado de esta problemática: “Está creciendo la cantidad de nenas que se embarazan desde que menstrúan –que puede ser a los 9 años– hasta los 14. La tasa de fecundidad por mil para la franja de 10 a 14 años, en 1960, era de 1,0 por cada mil pre-adolescentes. En cambio, ahora, es de 1,8”, resalta Mabel Bianco, médica y presidenta de la Fundación Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM).


Si antes nos asombrábamos al ver una joven pareja con un niño o un embarazo a cuestas, ahora esa imagen se ha hecho tan natural que no sorprende ni al más mesurado. Las madres ahora tienen un sistema especial de inasistencias a las escuelas y pueden concurrir con sus hijos a clases, pero esto no significa que si bien, biológicamente pueden ser padres tengan el suficiente desarrollo madurativo para serlo. Y allí es dónde reside el mayor problema. ¿Cómo se cría el nuevo integrante de esta “familia” reciente? Generalmente los abuelos cumplen la función paterna y los padres la de hermanos mayores que están tratando de descubrir y conocer su propia vida y se ven, por ello, incapacitados para guiar a la que recién empieza.


Más de 105000 adolescentes dan a luz anualmente en nuestro país y casi el 14% de las muertes maternas registradas corresponden a niñas de entre 10 y 19 años de edad (Riesgo reproductivo en la adolescencia Argentina - UNICEF)


Antes este era un problema que sólo se le imputaba a la clase baja, pero ahora es, más bien, un drama de toda una franja etaria que avanza por la vida sin saber hacia dónde y, lo que es peor, sin saber por qué.


Los padres no terminan de señalar límites ni comportamiento a sus hijos, la escuela se ve desbordada y los adolescentes no asumen riesgos y toman con naturalidad la paternidad, como algo que la vida les dio.


Lo lamentable es el poco apego a la responsabilidad de mucha gente que nos rodea. Lo penoso es ver como dos jóvenes juegan a ser padres mientras pasean con un bebé. Pero lo más terrible es ver como una vida comienza en estas condiciones




martes, 10 de febrero de 2009

Tartagal


Todos estamos atentos mirando los informativos y no podemos creer que esta terrible historia se renueve. En el 2006 ya vimos estas imágenes que ahora se repiten como si este fuera otro país y nosotros otros espectadores.

A pesar de que se juntaron un millón y medio de firmas para respaldarla, la ley de bosques sigue sin estar reglamentada (gracias a nuestro querido gobierno nacional con el apoyo del provincial salteño). En los últimos diez años se deforestaron 600 mil hectáreas, solo en Salta, para ampliar la superficie sojera.

El video de Greenpeace lo explica muy bien

Pero no podemos dejar que esto se repita. En primer lugar hay que reclamar una urgente el fin del boicot a la ley de Bosques y en segundo debemos ayudar a los que más lo necesitan

La Red Solidaria inicia la recepción de ayuda para Tartagal en una parroquia de Vicente López.

A partir de las ocho de la mañana de hoy, se reúnen los voluntarios de la organización en la Parroquia Santo Tomás Moro, sobre la calle Urquiza 1460, a pocos metros de la Avenida Maipú.

Por el momento, se reciben medicamentos, pañales, zapatillas y alimentos envasados.

Habría hasta el momento 11 personas desaparecidas, 700 evacuados y unos 30 mil damnificados

La ciudad cuenta con ocho centros de evacuación: la municipalidad, tres escuelas que ofrecieron sus instalaciones, la Gendarmería, el Ejército, Cáritas y la Iglesia de la Santa Cruz.

redsolidaria@fibertel.com.ar

www.redsolidaria.org.ar


jueves, 5 de febrero de 2009

Decadencia

“Somos, como somos
decadentes, así somos”

Canción: Somos Grupo: Los Auténticos Decadentes


La noticia es, antes que nada, increíble. Apenas pasadas las 6.30 hs de hoy un hombre que cruzó la esquina de Av. Rivadavia y Cuzco, en el porteño barrio de Liniers, fue atropellado por un Renault 19 que circulaba a gran velocidad. Hasta acá se parece a una más de las tantas noticias sobre accidentes a las que nos estamos acostumbrando. Pero el auto no se detuvo y siguió su marcha hacia Ciudadela. Lamentablemente el abandono de persona es un acto sumamente cobarde que se está repitiendo cada vez más. Pero aquí viene lo increíble. Mientras el trabajador de unos 40 años se hallaba tirado en la calle y a la espera de la ambulancia tres jóvenes se le acercaron y le robaron el bolso y la billetera.


El diccionario de la Real Academia Española define decadencia como: Declinación, menoscabo, principio de debilidad o de ruina. La noticia anterior es un fiel reflejo de la decadencia social en que estamos viviendo. Me imagino que los retrógrados que proclaman que todo tiempo pasado fue mejor se deben estar regodeando con esta crónica. Pero esta es la sociedad en la que vivimos y de la que formamos parte.


Lentamente Buenos Aires se va asemejando, cada vez más, a esas grandes ciudades, repleta de personas, donde se ignora al prójimo, donde la injusticia asciende y los valores se pierden con la misma rapidez. Pero también donde vivimos nosotros, que envidiamos la tranquilidad con la que se vive en el interior pero permanecemos cada vez menos asombrados a una realidad que nos asfixia


Debemos luchar contra le decadencia moral en la que vivimos. Nos debe ir la vida en ello.