Boca River

Hoy medio país amaneció preocupado por el partido de esta tarde. Lejos de los tiempos de gloria ambos equipos buscarán vencerse para disimular sus funestas campañas. Esta tarde, los dos equipos de fútbol más importantes del país volverán a enfrentarse haciéndole olvidar a la mitad del país del gracioso chiste que es el precio de la merluza oficial, de los aberrantes sucesos cometidos por la iglesia irlandesa, del vergonzoso padre de la jueza Sarmiento, del mafioso asesinato del barrabrava de Newell’s, de la desgracia chilena, de los ochocientos evacuados de Santiago del Estero, en fin, de la vida misma.

Hoy Lautaro tomará su bicicleta, como todos los días, y entrará temprano a preparar, en la panadería del barrio, las facturas de manteca que son su especialidad. Hoy Lautaro será un feliz agradecido por la dignidad que le da su trabajo. Recordará el esfuerzo realizado durante todo el transcurso de su escuela primaria. Revivirá a los amigos y a las alegrías compartidas en la secundaria. Tanto sacrificio tuvo su recompensa y, luego de pasar por la escuela de oficios, hoy luce orgulloso su ropa enharinada pero plausible. Hoy Lautaro no prestará atención al famoso partido porque estará pendiente de su otra pasión: la guitarra. Volverá a su casa, abrazará a su fiel instrumento y, como todas las tardes, cantará. Pero hoy su felicidad será plena. Nadie se lo dijo ni se lo recordó, pero muy en su interior él sabe que hoy es el Día Mundial del Síndrome de Down y festejará la integración que lo hizo independiente y feliz de la mejor forma, cantando