El mundo asiste unido a ver el alumbramiento de estos mineros hundidos desde el 5 de agosto en las entrañas de la tierra. Asistimos, frente a los televisores, alegres, emocionados y sorprendidos por la forma en que se están produciendo los hechos, por la jaula milagrosa que los une a sus familias, por la organización en el trabajo. Pero como todo en la vida este suceso nos tiene que llevar a la reflexión.
Para ayudarnos les transcribo un breve texto de opinión publicado hoy en el Diario Clarín
El mundo entero contuvo el aliento ante la noticia más conmovedora del año. Por lo inédita, por su profundo contenido humano, por el trasfondo épico que exuda. El polvo mediático se asentará y los mineros intentarán a los tumbos recuperar sus vidas. Pero esta tragedia –que todo indica que tendrá un final feliz– ha dejado al desnudo otra cara del Chile que en ciertos aspectos se muestra moderno y eficiente, como está siendo el rescate. Es el rostro de un país con atrasos increíbles en la industria nacional más poderosa, con deficientes condiciones de seguridad, nulos controles y una inmensa ausencia de conciencia en dueños de los yacimientos. Los mineros sienten casi una “normalidad” que haya accidentes en su trabajo. Juegan con la muerte todos los días. “Los 33” son sólo el rostro visible de miles de obreros de Chile
3 comentarios:
Muy bueno Luis. No dejo de pensar en los centenares de muertos en las minas chilenas...
Saludos!
http://es.biz.yahoo.com/07082010/185/accidentes-mineros-dejan-373-muertos-chile-ultima-decada.html
Supongo yo que el trabajo en las minas argentinas debe ser igual de inseguro, mal pago y poco controlado. En todo caso el problema debe plantearse como una carencia de todo el sector minero.
Saludos.
Muy bueno Luis! Así es....
Un beso grande
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