Dos años sin Fontanarrosa

Este texto lo tomé prestado, a modo de homenaje, de http://www.argentina.ar/_es/cultura/C2137-dos-anos-sin-fontanarrosa.php

El 19 de julio de 2007 se fue el inconmensurable Roberto “El Negro” Fontanarrosa. Pocas veces una muerte causó tanta tristeza generalizada que, sin embargo, se suaviza gracias a sus entrañables personajes, dibujos, chistes y cuentos.

"De mí se dirá posiblemente que soy un escritor cómico, a lo sumo. Y será cierto. No me interesa demasiado la definición que se haga de mí. No aspiro al Nobel de Literatura. Yo me doy por muy bien pagado cuando alguien se me acerca y me dice: me cagué de risa con tu libro". Roberto Fontanarrosa

Dibujante, humorista gráfico, escritor, fanático del fútbol y de Rosario Central, amigo incondicional, recordar a Fontanarrosa es un ejercicio fácil para la memoria y cómodo para la sonrisa.

Nació en Rosario, en la provincia de Santa Fe, un 26 de noviembre de 1944. Su carrera comenzó como dibujante humorístico y su calidad, seguridad y rapidez hicieron que se destacara rápida y prolíficamente. Entre sus personajes más conocidos están el matón Boogie El Aceitoso, el gaucho Inodoro Pereyra y su perro Mendieta y la Hermana Rosa. Su fama trascendió las fronteras: sus historietas fueron publicadas en toda América Latina.

Era un apasionado por el fútbol, al cual le dedicó muchas de sus obras, no sólo gráficas sino también literarias. Porque Fontanarrosa también fue un fértil escritor de novelas y cuentos inolvidables, como Best Seller, El área 18, La Gansada, Nada del otro mundo, El mayor de mis defectos, Uno nunca sabe, El mundo ha vivido equivocado y La mesa de los Galanes, por nombrar sólo algunos.

Y era un amigo querido e incondicional, un verdadero cultor de la amistad, del encuentro con los afectos. En sus ratos libres, se lo podía encontrar con amigos o solo en el bar El Cairo, en Rosario, sentado en la metafórica “mesa de los galanes”, escenario de muchos de sus mejores cuentos. En los 90, la mesa se mudó al bar La Sede hasta la reapertura de El Cairo.

También era un provocador elegante. Su sólida defensa del uso de las malas palabras en el III Congreso de la Lengua Española que se desarrolló en Rosario, en noviembre de 2004, quedará para siempre en la historia.

El reconocimiento institucional también le llegó. El 26 de abril de 2006, el Senado le entregó la Mención de Honor Domingo Faustino Sarmiento, en reconocimiento a su vasta trayectoria y aportes a la cultura argentina. Y ese mismo año fue distinguido, además, por la Feria Internacional del Libro en Guadalajara (México), con el premio «La Catrina», reconocimiento que cada año se entrega en el Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta.

En 2003, le diagnosticaron una esclerosis lateral amiotrófica que lentamente fue horadando sus capacidades físicas pero no su espíritu. En 2006 pasó a utilizar silla de ruedas y en enero de 2007 tuvo que anunciar que dejaba de dibujar sus historietas, ya que había perdido el completo control de su mano derecha. Sin embargo aclaró que continuaría escribiendo guiones para sus personajes. Desde entonces, Crist se encargó de ilustrar sus chistes sueltos, mientras que Oscar Salas hacía lo mismo con sus historietas de Inodoro Pereyra.

Falleció el 19 de julio de 2007, a la edad de 62 años, víctima de un paro cardiorrespiratorio.

La noticia de su muerte fue un verdadero duelo nacional: cientos de ciudadanos comunes, escritores, artistas, el país quedó sumido en un profundo dolor, ese que no tiene explicación de ningún tipo. Se había ido un buen tipo, sencillo, que nos hacía reír.

Como homenaje personal les adjunto este cuento, interpretado magistralmente, que une sus dos amores: Al fútbol con el arte